lunes, 13 de julio de 2009

LA PERFECCIÓN ESPIRITUAL


"Perfeccionamos nuestro ser espiritual mediante la práctica. Si deseamos que nuestro ser espiritual se desarrolle plenamente, debemos entrenarlo de la misma forma en la que entrenamos nuestro cuerpo físico. Debemos ejercitar diariamente nuestro espíritu por medio de la oración, del realizar buenas obras, del compartir con los demás. Debemos alimentar a diario nuestro espíritu mediante el estudio de las Escrituras, la noche de hogar, la asistencia a las reuniones, el participar de la Santa Cena. Debemos evitar los efectos dañinos que pueden sobrevenirnos cuando quebrantamos alguno de los mandamientos de Dios. Eso es exactamente igual que un veneno para nuestro cuerpo espiritual."

Harold B. Lee,
Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia,
págs. 195